viernes, febrero 16, 2007

Maraña, el gran reto

Después de tanto tiempo sin actualizar ésta página, vamos a contar un poco lo que todos ya sabéis.

Rechazada Sanabria, aunque no olvidada, nos embarcamos en una nueva búsqueda, lenta y fatigosa, que nos llevó a descubrir lugares maravillosos y alejados, y por lo tanto carentes de sentido para nosotros. Sin embargo entre todos ellos hubo uno que nos cautivó. En el corazón de los Picos de Europa leoneses, bajo la sombra del Mampodre, al borde de las nieblas del embalse de Riaño y en la línea que separa Asturias, encontramos Maraña, nuestra perdición.

Apareció como un paraíso perdido de la mano del hombre, en el confín de las montañas y donde la civilización pierde contacto para empujar al hombre hacia el olvido de las normas contemporáneas. Un valle idílico de prados verdes, arroyos y bosques de robles y hayas, bajo peñas verticales, pequeñas siluetas ante la mole del Mampodre.


Con un autoconvencimiento muy fuerte nos entregamos a la magia del valle y nos olvidamos de todo. Cuando te gusta algo te centras en su lado positivo, dando la espalda a los inconvenientes de una decisión tan arriesgada. En fin, a ello nos pusimos y recorrimos el pueblo de arriba a abajo. Dimos vueltas, hablamos con unos y con otros, acampamos bajo el paredón de la Peña Hoguera y disfrutamos del silencio en estado puro, algo que en Sanabria no encontramos.


Y entre tanto deambular conocimos a Jesús de la Riva, vecino del pueblo y constructor retirado. Muy amable nos enseñó algunas casas en venta. Como ninguna nos convencía nos comentó que había un terreno urbano en lo alto del pueblo, abandonado en un antiguo proyecto de construcción de adosados, y que seguramente estuviera en venta. Lo vimos y nos gustó. Orientado al Sur, mirando a los picos de Mampodre y libre de miradas desde el pueblo. Nos dio el contacto de los dueños y entablamos negociación, llegando al poco a un buen acuerdo.

Hemos pasado mucho tiempo conociendo el lugar, mirando aquí y allá, preguntando, documentándonos, mirando Normas Subsidiarias y preparando un proyecto que en breve verá la luz. Será cuando la conformidad, la lógica, la viabilidad y la posibilidad de plazos nos den el pistoletazo de salida a una obra que se complicará por la dureza climatológica, la accesibilidad al terreno, su inclinación, sus muros de contención, la lejanía, la falta de mano de obra y un presupuesto muy ajustado.

Pero no todo son nubarrones. A finales de mayo llegará Lucas para darnos y robarnos nuevas fuerzas. Con él vamos a afrontar este sueño que en varios años crecerá sin parar y se convertirá en un monstruo que esperamos os agradará.
Hemos hecho muchos kilómetros, recorrido la costa Gallega de Sur a Norte, esperanzados en encontrar algo que era imposible. De allí pasamos al interior. En Sanabria invertimos mucho más tiempo del que debimos, pero mereció la pena porque llegamos a saber nuestros deseos por encima de todo. Y un poco más allá, siguiendo la montaña de León, de Oeste a Este, descubrimos Maraña.

Aquí estamos, en la montaña, alejados de todo y de todos. Con mucha esperanza, mucha ilusión, bastante miedo, ambición y unas ganas locas de empezar.



Un valle verde que cuando llega el invierno, se cubre de blanco durante muchos meses.